La “emergencia” o qué emocionante es estar vivo.
La emergencia es una palabra que nos lleva a pensar en las urgencias, en las catástrofes y cataclismos. En su lugar, quiero traer aquí el significado de esta palabra como “aquello que está queriendo emerger”.
Se trata de un giro copernicano en la mirada de los modos de hacer empresa en los que nos queremos inspirar desde el Liderazgo regenerativo. Por un lado, esta el catastrofismo y la mirada de la empresa como cómplice o agente generador de problemas y, por el otro, se quiere destacar la colaboración con un proceso inevitable de transformación y cambio en el paradigma desde el que estamos operando y, por tanto en:
- Nuevas formas de hacer empresa, prácticas concretas diferentes, maneras de funcionar que nos llevan inexorablemente a resultados diferentes en términos de salud de las personas y del planeta
- Principios rectores más alineados con los principios de la naturaleza y su sabiduría milenaria (https://www.naturalintelligence.info/) y las diferentes estructuras a las que dan lugar como nuevas formas organizativas jerárquicas por ejemplo.
- Valores y éticas asociadas que nos lleven a medir otros indicadores de bien-Ser, en lugar de bien-estar en el impacto de las organizaciones y nuestros liderazgos.
Emerger es también un espacio intermedio entre la divergencia y la convergencia. Se trata de sostener un espacio en el que haya diversidad de miradas, mucho más allá del actual modelo de extremos, de polaridades que tanto daño y separación nos generan social y personalmente. Nuestra necesidad de converger, de llegar a acuerdos, de avanzar en pos de un propósito es también a veces limitante porque parece que queramos dejar de lado la riqueza de las diferencias.
Entre estas dos orillas tiene lugar la emergencia, un fenómeno nuevo que tiene en cuenta la voluntad de la Vida (open Will), un espacio en el que vamos más allá de nuestras necesidades y motivaciones egoicas y nos situamos en el plano de una “gran voluntad”, algo mayor que está queriendo hacerse visible a través nuestro.
Durante las próximas dos décadas vamos a estar viviendo un momento emocionante de la historia en el que muchas de nuestras decisiones tendrán un impacto decisivo en las futuras generaciones. Esto es una cuestión de “emergencia”. A la vez, es importante situarnos en la “meta complejidad” de la que estamos hablando. Se nos acaban las palabras para definir una complejidad que no somos capaces de abarcar en su totalidad : VUCA, hiper-VUCA…
Y tampoco estamos seguros de el papel decisivo de nuestros intentos de revertir los efectos que estamos viviendo (aniedad, calentamiento global…). Lo que sí podemos y queremos hacer es ser actores en positivo de experimentos emergentes de formas de hacer y de ser que pongan en cuestión los modelos actuales. Unos sobrevivirán, otros serán absorbidos por el sistema actual y muchos de ellos o caerán en saco roto o tendrán consecuencias nefastas – esto ya lo hemos vivido con algunas soluciones a desafíos pasados que hoy son un problema. Lo cierto es que, durante los últimos tiempos hemos estado sometidos a una mentalidad de rapidez, crecimiento continuo y aceleración que ya no nos llena ni como sociedad, ni como individuos.
La pregunta que nos lanzamos desde el “Liderazgo regenerativo” es ¿te apetece sentirte más vivo? Quizá eres de aquello a los que estar aquí, asistiendo a este cambio de era, les parece emocionante y no dejan de preguntarse ¿de qué manera puedo contribuir desde la “esperanza activa”? Puede que no seamos los salvadores del mundo y, a la vez, cada vez encontramos más personas con capacidad de sumar, de estirarse desde el corazón y el intelecto para poner sobre la mesa emprendimientos, estilos de hacer negocios y propuestas de liderazgo y de vida que nos cuestionan, que nos remueven y que también nos mueven desde la creencia de que la humanidad y la Vida no ha llegado ni mucho menos a la cima de su evolución, aún parece que nos quedan niveles de evolución de consciencia por explorar.
Uno de esos niveles emergentes es la “consciencia regenerativa o ecosistémica” que es aquella que pone la mirada del ser humano como parte de un organismo mayor, algo o alguien que nos precede y que nos trasciende. Unos lo llaman “madre naturaleza”, otros Gaia, otros “casa”. El tema es que el cuidado de la casa común (Oikos en griego) forma parte de un enfoque donde el hombre ya no está en el centro de la creación, sino que es parte de un proceso consciente y auto-dirigido.
Algunas empresas como Apple – con su anuncio “Mother nature” y la maravillosa actriz Octavia Spencer- ya empiezan a subirse a esta ola que comenzaron algunos pioneros como Patagonia, cuyo dueño Yvon Chouinard donó la empresa hace unos años para luchar contra el cambio climático.
Unirse o no a estas iniciativas no significa ser parte de la solución o ser parte del problema, significa ser y estar vivo, ponerse en marcha desde el “no saber” a la feliz experiencia de co-crear las posibilidades para otro escenario en el futuro. Tal y como se decía antes, plantar un árbol paraque a su sombra se sienten quizá nuestros bisnietos. Desde que la muerte se sienta a mi mesa me gusta pensar que puedo poner energía y voluntad en cosas que me trascenderán. Es un anhelo que mueve a muchos que conozco, entre ellos la Comunidd de Alchymistas de la que formo parte.
Si quieres conocernos y saber más puedes contactarnos aquí: https://alchymia.es/como-trabajamos/liderazgo-regenerativo/
El gran principio de la regeneración es crear condiciones para la Vida.
En cualquier caso, te lanzo esta pregunta ¿quién eres cuando te resulta emocionante estar vivo?